jueves, septiembre 20, 2007

El de la Sangre, la Muerte y los Demas...



Esta muerta... por fin esta muerta... lo hice yo y no me arrepiento...

Seis y media de la tarde. La casa estaba en tal silencio que podia sentir el ruido que provocaba su presencia. Aquel baile de sombras que entraban por la ventana, no hacia mas que recordarme que la noche seria la unica testigo de tal violencia. Trate de buscar dentro de mi, restos de una compasion inexistente para sopesar la irrelevante levedad de mi voluntad... la pereza de hacerlo no podia ganarle a mis deseos absolutos de justicia... la necesidad de ver su sangre esparcida... en mis manos... en el arma homicida minuciosamente escogida, era el solo motivo que me mantenia ahi de pie... acechando... esperando el momento preciso para asestar el golpe mortal.

Las sombras de la calle empezaban a entrar por la ventana. El ruido de motores que cruzaban la pista, bajo la tenue luz de faros viejos y sucios, llegaban y se iban, hacian juego con el unico sonido que percibia con claridad... el ruido del ir y venir de la sangre por mis venas... eso, y el ruido que sabia que su movimiento haria... tenia ya todo preparado... tenia el motivo, el arma... y sobre todo las ganas de hacerlo... Sabia que no habria marcha atras... lo que mas me fascinaba era el hecho de que nadie podria culparme de esto... nadie jamas se enteraria de lo que en esta casa habria de pasar... nadie... mire el reloj... era la hora...

Hondaria en detalles si contara lo que paso en el fragor de la batalla... antes de poder asestar el golpe mortal, ella se dio cuenta de mis intenciones e intento escapar del destino fatal que yo queria darle... puedo decir que ambos luchamos como si la vida dependiera de ello... en realidad... la de ella si... los segundos que duro esta confrontacion me parecieron horas... ella esquivo uno de mis embates y por un momento parecio librada de su fatal suerte... pero cuando volvio en si, no lo evito... no pudo esquivarlo... de un solo golpe, yacia inherte sin vida en el suelo... por un instante pense que no estaba muerta del todo... asi q sin la mas minima pizca de piedad, la remate... como se remata un ser moribundo y despreciable... no senti pena, no senti remordimientos... solo asco... no por lo que habia hecho... sino por la estela de sangre que su muerte causó... y es que siempre que una mosca se cuela en mi casa, esta termina teniendo la sangre roja... muy roja... en fin... me dan asco las moscas... despiertan en mi un instinto... mmm.. un instinto asesino...

1 comentario:

Lara Holmes dijo...

Buen relato, todo un asesino jajaja...las moscas son odiosas, pero peores son las abejas pues tienen ese sonido q no me gusta nada, lo peor es q dice el dicho q si la matas aparecen muchas más....y la verdad no quiero estar lelna de abejas...